Un despertar diferente al resto del mundo
Mientras millones de personas alrededor del planeta inician su día revisando el teléfono móvil o corriendo hacia el trabajo, las personas que han superado la barrera de los 100 años comparten rituales matutinos notablemente distintos. Investigadores del New England Centenarian Study de la Universidad de Boston, dirigido por la Dra. Stacy Andersen, han documentado durante más de 30 años los hábitos de más de 3,000 centenarios, revelando patrones que desafían muchas creencias populares sobre el envejecimiento.
Según los hallazgos publicados por este equipo de investigación, los centenarios no necesariamente siguen regímenes estrictos ni rutinas complicadas. En cambio, sus mañanas se caracterizan por la simplicidad, la conexión humana y un profundo sentido de propósito. La Dra. Naushira Pandya, profesora asociada de geriatría en Nova Southeastern University, ha observado que muchos centenarios inician el día bebiendo agua tibia o con limón como primer acto consciente de autocuidado.
El poder de despertar con propósito
Uno de los descubrimientos más consistentes entre las investigaciones sobre longevidad es la presencia de lo que los japoneses de Okinawa llaman ikigai: una razón para levantarse cada mañana. Dan Buettner, investigador de National Geographic que ha estudiado durante décadas las llamadas Zonas Azules donde se concentran las poblaciones más longevas del planeta, documenta que este sentido de propósito puede representar hasta siete años adicionales de vida.
En Okinawa, Japón, Cerdeña en Italia, la península de Nicoya en Costa Rica, Icaria en Grecia y Loma Linda en California, los investigadores encontraron que los centenarios despiertan con actividades concretas que esperan realizar: cuidar un jardín, preparar el desayuno familiar, conversar con vecinos o atender animales.
Fuente: Investigaciones de Dan Buettner para National Geographic, documentadas en estudios de las Zonas Azules.
La Dra. Andersen señala en sus entrevistas con centenarios estadounidenses que resulta sorprendente encontrar personas de más de 100 años que no simplemente esperan el paso del tiempo, sino que mantienen agendas mentales de actividades significativas. Según sus palabras en una entrevista con TIME publicada en octubre de 2025, los centenarios que estudia despiertan con cosas que quieren hacer ese día específico.
Hidratación y alimentación consciente
Un estudio publicado por investigadores de UNSW Sydney y la Universidad de Sydney analizó 34 estudios observacionales sobre centenarios de todo el mundo. La revisión, realizada por los investigadores Zhaoli Dai-Keller y Perminder Sachdev, encontró que más del 60% de los factores asociados con alcanzar edades extremas corresponden a hábitos modificables, no a genética.
Entre estos hábitos, la alimentación matutina destaca por su sencillez. Ruth Onley, una supercentenaria de 110 años entrevistada por TODAY en 2024, describió su desayuno típico como avena, cereales integrales o hot cakes de grano entero. Dorothy Staten, de 106 años en El Paso, Texas, prefiere vegetales frescos como zanahorias, brócoli y espinacas desde temprana hora, combinados con leguminosas como frijoles pintos.
La revisión de UNSW encontró que los centenarios consumen entre 57% y 65% de su energía diaria proveniente de carbohidratos complejos como arroz y trigo, entre 12% y 32% de proteínas, y entre 27% y 31% de grasas, siguiendo patrones cercanos a las recomendaciones de organismos internacionales de salud.
Movimiento natural, no ejercicio forzado
Contrario a lo que podría esperarse, prácticamente ninguno de los centenarios estudiados en las Zonas Azules o en el estudio de Boston ha pisado un gimnasio. Lachlan Brown, autor e investigador que pasó cinco años estudiando a personas longevas, documenta que el movimiento de los centenarios está integrado en sus actividades cotidianas: caminar, atender jardines, realizar tareas domésticas.
Una encuesta de UnitedHealthcare realizada en 2024 a 100 centenarios estadounidenses encontró que cerca de la mitad realiza algún tipo de actividad para mantener los músculos activos al menos una vez por semana, pero esto incluye actividades tan simples como caminar al mercado o subir escaleras. El 81% de las actividades físicas documentadas en las Zonas Azules corresponden a intensidad moderada, integradas en la vida diaria.
Descanso de calidad como fundamento
Un estudio publicado en Archives of Gerontology and Geriatrics documentó que los centenarios tienden a dormir temprano, despertar temprano y tomar siestas por la tarde. El 55% de los centenarios estudiados dormía más de ocho horas por noche, y el 28% tomaba siestas diarias.
Los investigadores encontraron correlaciones entre estos patrones de descanso y niveles favorables en indicadores de bienestar general. La exposición a luz natural temprana y la reducción de estimulación artificial por las noches aparecen como denominadores comunes.
Fuente: Archives of Gerontology and Geriatrics, estudios sobre patrones de sueño en poblaciones longevas.
Conexión social desde el amanecer
Investigadores de la Universidad de Gotemburgo estudiaron a casi 700 personas de entre 80 y más de 100 años, encontrando que quienes mantenían amistades sólidas y conversaciones frecuentes mostraban mayor satisfacción vital. El 85% de los centenarios encuestados por UnitedHealthcare reportó encontrar fácil reír y mantener buen humor, y cuatro de cada cinco recibe visitas de familiares o amigos al menos una vez por semana.
Ken Stern, fundador de The Longevity Project, documentó en su libro Healthy to 100 que comunidades tan diversas como condados rurales de Kentucky, zonas de Texas y barrios del Bronx comparten un ingrediente común: instituciones y prácticas que fomentan conexiones entre vecinos, familiares y amigos.
Pearl Taylor, una centenaria de 103 años conocida en TikTok como la abuela jamaiquina, resume su filosofía matutina de manera sencilla: caminar todos los días y mantener una actitud positiva, sin perder tiempo mirando hacia atrás.
Mentalidad positiva y adaptabilidad
Un estudio de la National Library of Medicine que siguió a 660 personas durante décadas encontró que quienes mantenían una mentalidad positiva sobre el proceso de envejecer vivían en promedio siete años y medio más que quienes sostenían perspectivas negativas. Los centenarios del estudio de Boston puntúan consistentemente bajo en neuroticismo, es decir, tienden a no preocuparse excesivamente por las adversidades.
La Dra. Andersen describe que los centenarios que estudia son capaces de lidiar con situaciones difíciles y seguir adelante. También puntúan alto en extraversión, lo que les ayuda a formar nuevas conexiones sociales cuando sus contemporáneos fallecen. Un participante del estudio de UnitedHealthcare expresó que cuando has vivido mucho tiempo, aprendes que la mayoría de las preocupaciones pasan, y desarrollas la capacidad de soltar las cosas pequeñas para apreciar los momentos de alegría.
Curiosidad que no envejece
Quizás uno de los datos más sorprendentes es que el 40% de los centenarios encuestados juega videojuegos regularmente, y el 27% ha interactuado con plataformas de inteligencia artificial como ChatGPT. Cerca de la mitad utiliza redes sociales para seguir a familiares y amigos. Esta apertura a la tecnología refleja una característica documentada por múltiples estudios: la disposición a probar cosas nuevas y mantener la mente activa.
Los crucigramas, la lectura, las nuevas aficiones y el aprendizaje continuo aparecen repetidamente en los testimonios de personas longevas. La estimulación cognitiva, según investigaciones citadas por FitOn, puede ser especialmente beneficiosa para mantener la agilidad mental independientemente de la edad.
Lecciones aplicables para todos
Si bien la genética juega un papel en la longevidad extrema, representando hasta el 75% en quienes superan los 105 años según el estudio de Boston, para la mayoría de las personas los factores modificables del estilo de vida representan aproximadamente el 75% de las probabilidades de envejecer bien. Esto significa que las rutinas matutinas de los centenarios ofrecen lecciones prácticas que cualquier persona puede considerar incorporar gradualmente.
El Dr. Jonathan Rosand, citado por NPR en diciembre de 2025, señala que el núcleo del envejecimiento exitoso está en las decisiones de estilo de vida que tomamos cada día: lo que comemos, cuánto nos movemos, cómo manejamos las tensiones y qué hacemos para mantenernos conectados y encontrar propósito.
Quizás la lección más valiosa de los centenarios no sea una fórmula específica, sino una filosofía: despertar cada día con algo significativo que esperar, moverse de forma natural, alimentarse con sencillez, cultivar relaciones genuinas y mantener la capacidad de reír. Rituales simples que, sumados a lo largo de décadas, pueden marcar una diferencia extraordinaria.